El quiromasaje deportivo es mucho más que un quiromasaje relajante. Es una herramienta fundamental para cualquier persona que practique deporte, ya sea de forma profesional o aficionada. Su objetivo no es solo reequilibrar tensiones, sino también preparar el cuerpo para optimizar el rendimiento físico y prevenir disfunciones.
Antes de una competición, el quiromasaje ayuda a activar la musculatura, mejorar la circulación y preparar el cuerpo para el esfuerzo. Después, favorece la eliminación de toxinas, reduce la fatiga muscular y acelera el reequilibrio. Pero no hay que esperar a tener una disfunción: el quiromasaje también actúa de forma preventiva, corrigiendo pequeños nudos de tensión o desequilibrios que, si se mantienen, pueden acabar provocando problemas mayores.
Además, este tipo de técnica manual es muy útil para personas que realizan entrenamientos intensos, trabajos físicos repetitivos o sufren sobrecargas por malas posturas sobre todo en taxistas y camioneros que pasan muchas horas al volante. El uso complementario de técnicas como el kinesiotaping (vendaje neuromuscular) permite potenciar aún más sus efectos, ofreciendo un reequilibrio más rápido y funcional.
En definitiva, el quiromasaje deportivo no solo mejora el estado físico general, sino que cuida la musculatura a largo plazo. Si lo incorporas a tu rutina, tu cuerpo lo notará, tu rendimiento mejorará y podrás evitar muchas disfunciones.
También con el quiromasaje deportivo aumentarás tu rendimiento deportivo a corto plazo con varias opciones según en la fase que te encuentre: precompetición, mantenimiento y postcompetición.